Majestuosidad y transparencia, el río Negro improvisa desde sus aguas una invitación a disfrutar de las variables alternativas turísticas presentadas en la ciudad de Carmen de Patagones, Buenos Aires, y un poco más allá, en la rionegrina Viedma. Pesca deportiva, disciplinas náuticas y terrestres, circuitos naturales, jornadas de campo, todo en esta comarca es igualmente atractivo, cuestión que la convierte en un centro de tentación múltiple.


Diferentes actividades para disfrutar del contacto directo con la naturaleza, las opciones turísticas surgidas de las bondades del río Negro se extienden desde la apacible contemplación paisajística, pasando por la pesca y las jornadas de playa, y llegando al extremo de la aventura a través de la práctica de deportes de riesgo. Enfrentar el viento y las olas sobre una tabla de windsurf; lanzarse hacia el vértigo y la adrenalina en kitebuggy; sumergirse en la vida acuática experimentando las sensaciones del buceo; son algunas de las alternativas más desafiantes incluidas en la cartelera de Carmen de Patagones, aunque no las únicas.


Sobre extensiones terrestres, Patagones dispone de un circuito más tranquilo aunque igualmente cautivante, el cual recorre la historia de la ciudad y sus cercanías permitiendo al visitante el descubrimiento de las razones de la idiosincrasia local y sus tradiciones. 24 manzanas de configuración irregular, emplazadas sobre una zona de fuertes pendientes naturales que suman valor ambiental a la riqueza cultural, constituyen el Caso Histórico de singular atractivo en este rincón del sur de Buenos Aires, cuyo hechizo nadie puede eludir.